miércoles, 18 de mayo de 2011

Nunca entendiste del todo el significado de la palabra "fragilidad".

Se podría decir que para él era una situación extraña. Se encontraba a escasos centímetros de ella, pero la fría situación hacía que parecieran kilómetros.
"Has jugado con fuego." La oía decir en tono de reproche.
Sus ojos empañados irradiaban cierto odio, casi ahogado en su llanto. Oía su voz a un volumen por encima del habitual, pero casi ni la escuchaba. Todabía estaba unos capítulos más atrás, preguntándose cómo había llegado todo a aquél punto, qué había sucedido para que se le hubiera ido todo de las manos.
"Es más, no sólo has jugado con fuego, has empapado las cerillas de gasolina." Siguió ahora con un hilo de voz. "Yo.. traté de hacerlo todo con cuidado. Te avisé de que era joven y estúpida, pero tú lo malinterpretaste, y terminaste buscando diversión donde hacía falta ternura. Supongo que me has dividido en dos mitades: la primera te pertenece, desgraciadamente. Te esperará siempre, soñadora, como lo fuí siempre que estuve contigo. La otra parte...es lo que queda de mí, de lo que era antes de que tú quemaras todas mis jóvenes ilusiones y gastaras mis ganas de vivir, la niña que hacía esfuerzos sobrehumanos por hacer reír a los demás mientras ella se desmoronaba por dentro, aquella a la que tú engañaste con dulces y cumplidos hipócritas que sólo la perjudicaron. Me temo que no entendiste del todo el significado de la palabra "fragilidad". "Fragilidad" significaba que yo corría el peligro de desvanecerme. Te necesitaba, no sabes cuánto, nunca entenderás lo que yo pude llegar a depender de tí...pero tú me subiste demasiado alto, tanto que sólo conseguiste que la caída doliera más. Por eso has jugado mal, y no sólo me has quemado a mí, sino te has quemado a tí, y lo más importante de todo, con el ruido del arder de tus llamas, hace ya mucho que no oigo mi propia risa."
 A,.

lunes, 16 de mayo de 2011

Frágil, fuerte.

 Qué complicado es aceptar lo que no queremos sentir, eso que nos hace caer y volver a retroceder y en  cada paso intentamos no reandar en el pasado.
La verdad es que suena realmente mal: "pasado". Un mundo en cada letra. Y un día pensamos que será más fácil, que cada día nos iremos haciendo fuertes. Hasta que nos sorprendemos buscándonos en cada esquina, creemos vernos en una simple sonrisa, en un gesto, en una palabra, en un susurro o tal vez en un grito. Nada que hacer, nada va como nos lo esperábamos. Nadie nos explicó lo complicado que era todo esto o tal vez, solo tal vez, creyeron de verdad que de los errores se aprende. Entonces sentimos ese miedo y comenzamos a correr, aun sabiendo que correr no nos servirá de nada, seguimos alejándonos, pero ¿de qué? ¿O de quien? Nos cansamos de buscar ese calor entre la gente, porque resulta triste. Y más triste resulta  no encontrarlo. No encontrarte.
Y ocurre, sin ningún motivo nos emocionamos de nuevo, reímos, bromeamos, corremos sin querer alejarnos, saboreamos cada instante, respirando todo hasta el fondo, aprovechando el tiempo que queremos vivir, sin prisa... Sonríes, porque sabes que merece la pena, porque por fin sin buscarte te has encontrado.


M

lunes, 9 de mayo de 2011

Pero todo sigue.

Claro, que si pudiera pararía el mundo en ese instante, o quizá un rato antes, mirando al cielo sin oír nada más que tu respiración. Sin hacer nada más, que se pare el mundo, que aquí me bajo yo. Tentador, estar siempre así, en ese momento en que todo lo demás deja de importarme.
M

Madrid.

Madrid duerme. Sólo atraviesan la conocida calle de la ciudad un par de coches, quizás volviendo de alguna fiesta en un bar. Lo demás sueña. Pero ella no. Permanece en su balcón en un sexto piso, jugando monótonamente con su melena rizada. El silencio es sobrecogedor. Inspira profundamente el gélido aire de la noche. Rondarán los 4º, pero no tiene frío. Está concentrada en mirar al frente. O eso parece.
Expulsa el aire de un suspiro, echando un humillo que confirma la baja temperatura. Una ráfaga de viento la hace temblar y rodearse con sus propios brazos. Y ahí lo suelta todo: el recogido que inconscientemente había hecho con su cabello, otra bocanada de aire, el volante de la manga de su chaqueta y un par de lágrimas. Como si fuera una película, en ése preciso momento comienza a caer una suave lluvia. Se agacha con una expresión afligida en la cara, se agarra a los barrotes de la valla y llora. Llora en silencio, un silencio como el de Madrid.
Algo más calmada se sienta, dejando sus descalzos pies colgar encima de la calle. Mira hacia abajo. No hay coches. No hay luces. No hay gente. Sólo viento, frío y lluvia. Levanta la mirada hacia el cielo que, vagamente, intenta amanecer. Madrid duerme. Pero ella no.
A.

martes, 3 de mayo de 2011

Take me somewhere.

Caminaba rápido pero indecisa. Estaba nerviosa, asustada, le faltaba algo. En esos momentos sólo quería una cosa.
Le apetecía caminar por la orilla vacía. Estar de pie, quieta en la playa que tenía parte de su vida. Sentir el agua fría acariciando sus pies siguiendo un compás desigual. Notar la brisa del mar sobre su cara, susurrándole en los oídos. La arena, algo húmeda entre sus dedos. Quizás sacar uno de los cigarros que nunca se fumó. Estar sin problemas. A lo lejos se oirían las gaviotas.
"Ya no tengo miedo", pensó.
A.

miércoles, 27 de abril de 2011

Y aunque ahora somos como extraños.

Algo de culpa la tiene ese lado ligeramente masoquista que tengo, pero no vamos a engañarnos. Yo disponía de un esquema de vida llenísimo de perfección, a su lado, claro. Ahora, no pensé en hacer un plan B por si acaso. Por eso me fuí, porque no tenía las cosas claras, porque esperaba poder encontrarme en aquel laberinto mirando desde otro punto de vista, quizás cuadraría todo un poco más. Me fuí para no darle más vueltas y esperar a que la solución cayera del cielo, porque yo ya estaba cansada de pensarlo una y otra vez para salir con las manos vacías. Me fuí porque esperaba que él vinera tras de mí. Y no lo hizo.
 A.

lunes, 25 de abril de 2011

Tenía tantas ganas como miedo.

Suponía que no había nada más, ningún "pero", "de repente" o "entonces" que pudiera estirar mi argumento, nada que quisiera sellar un "continuará" en aquella historia, porque no lo había. Pero, como bien dicen, las mejores cosas aparecen cuando menos te lo esperas. De repente todo dió un giro de 180º, cambiando el punto de vista del camino.
Entonces, apareció él.
 A.

sábado, 16 de abril de 2011

Báilame el agua.

-Hacía tiempo que no me besabas.
+Tú siempre esperas gestos. Yo palabras. Vivimos en mundos distintos.

Que ganas no me faltan.

"Para que los pequeños detalles se disfruten... no sé, supongo que la gracia está en no ir embalada. ¡Sí, eso es! Así, un día, cuando menos te lo esperas, la vida te sorprende con cualquier tipo de antojo, y satisfacción al cuadrado." Su mirada inundada en júbilo decía más que sus palabras.
Entonces supe que su deseo escondía algo de recelo.
A.

Buenos días.

Abre los ojos lentamente, con cuidado. Aún es pronto. Se recuesta un poco sobe la cama, ya algo más consciente. Vaya noche la de anoche, piensa. Poco a poco sus ojos se van acostumbrando a la oscuridad y, ya algo más despierta, sonríe. Pero su sonrisa esconde algo del ya monótono dolor que lleva guardando durante tanto tiempo, quizás algo disimulado, un pelín tintado del color de la aceptación. Suspira cansada, decepcionada de que aún sea él lo primero que le viene a la cabeza al despertar. Pero a pesar del leve mareo por las copas de más de la noche anterior, de algo está segura. Y es que no lo va a olvidar nunca, pero no vale la pena seguir apegada al recuerdo teniendo muchas más razones para sonreír, como el muy buen día que le espera empezando por la sonrisa que ya ilumina su dulce cara.


A.

lunes, 11 de abril de 2011

En train d'apprende, ou d'oublier.

Efectivamente, a varios cientos de kilómetros, él sale por la puerta de su casa a pasear al perro. Va arreglado, el negro le sienta bien, pero la expresión de su cara le da un aspecto algo desaliñado. Su orgullo está de su lado, pero no sus fuerzas, que se niegan a retener más unas pequeñas lágrimas. Demasiados recuerdos.
Ella camina despreocupada, sus botas militares avanzando rápidas y decididas. Él va despacio, casi sin dirección. Ella suspira con dolor, deseando poder estar a su lado. Él suspira con dolor, sumido en sus jóvenes recuerdos. Y mientras abre la puerta de su casa, él no sabe que ella le necesita tanto como él. La pequeña diferencia es que su sufrimiento no tiene fecha en el calendario.
 A.

jueves, 7 de abril de 2011

No me hagas caso.

Ella grita. Él escucha, o al menos lo intenta. La verdad es que no entiende absolutamente nada de lo que ella dice. Se fija en sus labios, que tiemblan desesperados, intentando descifrar el montón de palabras que no cesan de salir de su boca. Nada, imposible, ni siquiera es capaz de leerle los labios. Y será por la rabia, por todo el dolor que ha guardado durante tanto tiempo, por todo lo que ha sido. Sí, eso es. Por eso él escucha, por eso aprieta con fuerza los puños para evitarse más problemas, porque sabe perfectamente que ella tiene razón, que tiene motivos para estar enfadada, para gritarle e insultarle, sabe incluso que se merece mucho más que unas estúpidas y frustradas palabras que ni siquiera logra unir. Así que él solo asiente, baja la mirada, aprieta más los puños y de vez en cuando consigue descifrar un par de palabras: capullo, cabrón. Se nota cansada, las palabras ya ni siquiera están en su lugar, las frases no tienen ni pies ni cabeza. Y entonces solo silencio. Solo se oye su pesada respiración, lenta.
Él la mira, se acerca despacio y por fin la abraza, con fuerza.
“No vuelvas a hacerlo… No vuelvas a desaparecer así de mi vida.”

M

martes, 5 de abril de 2011

Lo que antes te era de más, ahora se te hace de menos.

Nos diferenciaban muchas más cosas que todo eso, pero no como tú piensas. Porque es verdad que yo era una niña, pero vivía el presente y tenía la mirada perdida en el futuro, un futuro lleno de falsas esperanzas, pero algo esperaba. Él sólo sabía sentarse en aquél muro y fumar, y muy de vez en cuando, se levantaba para encender mis ilusiones como si fueran dinamita, creando unos instantes de luz para luego dejarlo todo detrozado.
A.

lunes, 28 de marzo de 2011

-Damn, it's freezing!

Frío. Joder, que si hacía frío. Se tambaleaba inocentemente sobre sus tacones, luchando contra un viento de Enero que se sublevaba contra su ya alborotado cabello. Rió irónicamente. A la par de su sombra avanzaba una oscura realidad, su consciencia, su joven consciencia, susurrándole contínuamente palabras que ella se negaba a escuchar. Levantó la mirada para encontrarse con la luna casi llena. Le gustaba ver cómo el hermoso astro se turnaba con la oscuridad, día tú día yo, haciendo formas diversas en el horizonte, mayoritariamente sonrisas. Sonrisas como aquella que guardaba debajo de la manga, donde su orgullo la podía cojer sin tener que trepar demasiado. Era entonces cuando ella más deseaba tener algo a lo que aferrarse, algún hecho sobreprotector que pudiera quitarle razón a la realidad que se escondía bajo su sombra, en la suela de los tacones. Pero no lo había. Y hacía un frío de cojones.
A.

viernes, 25 de marzo de 2011

Fast.


- Es... Es como cuando estas esperando un tren, uno que te llevara muy lejos. Sabes a donde quieres que te lleve pero no a donde te va a llevar, y lo peor es que no te importa. 
- ¿Y cómo puede no importarte?
- Fácil, porque estamos juntos.
M

jueves, 24 de marzo de 2011

Never know what I've become

Se sentaba sola en aquel banco, desde hacía varios días ya. Se dedicaba a mirar nostálgica las horas pasar, y así pasaron más y más días. Y la soledad la enseñó, que no era la mejor compañía que ella podía necesitar y desear. Que sonreír era mejor que llorar, que preguntar era mejor que no saber, y que fracasar y cometer un error enorme, era mejor que no haberlo intentado nunca. Poquito a poco, supo afrontar cada problema que se le ponía por delante, dejó de sentarse a mirar como pasaba la vida y decidió ser un poco valiente y vivirla sin ningún límite. Lloró, rió, cantó, bailó con la felicidad día sí y día también, y lo más importante de todo amó.
M

miércoles, 23 de marzo de 2011

Initial.

-Sentada en un parque cuando era niña me caí y me hice una herida en el brazo justo con la inicial del chico que me gustaba. Me rascaba la herida todos los días para que me dejase cicatriz y así no olvidarle nunca. Juraba que era el amor de mi vida.
- Bueno como todos los críos ¿No?
- No, como todo el MUNDO. El primer amor y el último, se sienten igual, eso es lo que se tarda en entender…
- Ya, y ¿cuándo te diste cuenta tú?
- Pues cuando dejé de rascarme. Llega un día en el que te das cuenta de que el único que queda en esa pareja eres tú y que lo único que te ata a él es esa herida y que haciéndola sangrar, no mantienes vivo su recuerdo sino el dolor de la perdida.

                                                                            M

lunes, 21 de marzo de 2011

Mentiras de jarabe.


Sí, lo admito, soy una mentirosa. Es mentira que aún lloro un poquitito por tí, que te echo excesivamente de menos y que, cuando me pongo el iPod, pienso en tí. Es mentira que me acuerdo de nuestra fecha, y ni dudes que sea mentira que estoy haciendo la cuenta atrás para volver a verte, porque lo es. Es mentira que te quiero.

Tranquilo, no me lo puedes echar en cara, tú también me mentiste diciéndome que te importaba un poco. No lo niegues, tengo todo el derecho a haberte dicho todas las mentiras anteriores.
A.

lunes, 14 de marzo de 2011

The five stages of grief.

"Quizás ella había tenido razón al decirme que soy muy exigente", pensó. "Pero esque las comparaciones son tan fácilmente hechas cuando has conocido la perfección..."
Se recorría las transitadas calles de la ciudad en busca de una mirada segura y una sonrisa picarona, como la de él. El problema era que no lo iba a encontrar y, en el fondo, lo sabía. Suspiró. Estaba en medio de la escala de la aceptación propuesta por la doctora Kubler-Ross. Había pasado por casi todas las etapas: había negado el final, intentando aferrarse a sus estúpidas esperanzas; se había enfadado con él; había tratado de negociar consigo misma, en un fracasado intento de suistituirle y llenar ése hueco; y había llorado, llorado mucho... sólo le quedaba la aceptación. Y estaba a tan sólo un paso.
Pero no podía darlo.
Sabía que no encontraría a alguien más con un lunar debajo de la oreja derecha, alguien que hiciera una pausa de una milésima de segundo en un beso para llamarla "guapa", alguien que no conociese lo más básico de las matemáticas pero que supiera de memoria cómo sacarle una sonrisa... No, no lo encontraría. Cerró los ojos con fuerza y apretó los puños. Y mientras una cristalina lágrima hacía su camino por su rosada mejilla, lo aceptó.
 A.

jueves, 10 de marzo de 2011

Laugh out Loud!

Simplemente era cuestión de tiempo hasta que me diera cuenta de lo agradable que es esa involuntaria y estúpida sensación consistente en no acordarme de tí y fijarme en lo increíble que es todo, y reír. Reír por un chiste, reír por haberme comido el suelo, por haber leído mal una palabra o por haber discutido con un amigo. Reír por un baile, reír por una canción; reír porque es lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo; reír por una locura, reír por no llorar, reír por equivocarme o por haber ganado. Reír por un dibujo, reír por un silencio sin reír, reír por una mirada. Reír por todo, reír por nada; reír porque sí, reír porque no, reír sin más. Sí, solo reír, por lo que sea, por lo más minúsculo o lo más enorme del espacio, no importa. Solo importa que reír está formado por cuatro letras, y tú no estás en ellas. Y me encanta reír.
 A.

viernes, 4 de marzo de 2011

Arrogance.

"¡Qué poético suena todo eso! ¿Sabes? Eres demasiado pequeña para pensar como piensas." Dijo irónico con un aire de superioridad mientras le daba otra calada a su cigarrillo.
Ella le miró con desprecio, entre ofendida e indiferente, y respondió:
"Y tú demasiado mayor para pensar en lo que piensas."
"Y, ¿en qué pienso?" Continuó prepotente.
"En nada, absolutamente en nada."
A.

jueves, 3 de marzo de 2011

Supongo que ahora debo decirte lo que he aprendido de todo esto:

-       La verdad es que tengo miedo, porque ya nada me ilusiona como antes. Porque me gustaba como me hacía sentir y la verdad es que echo de menos todo aquello. Yo que sé, me gustaba compensar tres días de lágrimas por un agotador y dulce día de sonrisas. Adoraba sus sonrisas torcidas  y esa mueca tan graciosa que solía poner cuando se enfadaba, sus incontrolables celos patológicos y el hecho de que no fuese capaz de decirme algo bonito. Me gustaba todo aquello, por muy absurdo que suene, aunque él no me quisiese me gustaba quererle.

-        Ahora mi verdad, eres un poco masoquista ¿no? Me cuesta creer que puedas querer a alguien que te ha hecho tantísimo daño. Y noto que te duele, aun que pintes falsas sonrisas en tu cara. ¿Cómo puedes echarle de menos?

-         ¿¡Echarle de menos!? Te has vuelto loca. No le echo de menos, ni un poquitín, nada en absoluto. Echo de menos lo que éramos, lo que me hacía ser, ese poder que tenía de hacer de una situación anormalmente normal, algo grande y bonito, a su manera. No, claro que a él no... A mí.



 M

lunes, 28 de febrero de 2011

2seconds.

-Reconoce que te encanto.
+ Lo reconozco, sin duda. Pero tú también acepta que yo...
-Eso era antes.
+ No, por favor, basta. Soy realista y lo sabes. Pero también sabes que darías todo porque estuviéramos en otra situación, por lo menos durante dos segundos. En solo dos segundos, serías capaz de olvidarlo todo, de olvidarle a ella, de olvidar las barreras, la distancia, los problemas... y me besarías. Darías todo por tener dos segundos como hace tantos meses.
-No creas, yo estoy bien.
+Por favor, no lo niegues. Niégamelo todo, niégame el futuro, niégame hasta el pasado, pero no me niegues el presente. No, esto no.
 A.

viernes, 25 de febrero de 2011

Even brighter than the moon.

La cosa es simple y sencilla, son cosas de la vida. No había cambiado nada, pero ahora lloraba, de alegría. Había aprendido a caminar entre todos sus recuerdos sin hacerse daño, como si se tratara de hacer equilibrios, pero lo había conseguido.
Antes parecía que le dolía mover los músculos que se encontraban cerca de sus labios, y que vivía atormentada por el pasado. Cada vez que encendía un cigarrillo parecía que encendía un recuerdo que la corroía por dentro. Los miércoles no se maquillaba tanto, y volvía rápido a casa. Pero no era así. Simplemente estaba curando cualquier cicatriz, por más pequeña que fuera, y borraba el pasado con paciencia, sustituyéndolo poco a poco por un mejorado presente. Cada vez que expulsaba el humo del cigarrilllo por sus labios, liberaba palabras que nunca había dicho, ni diría. Y los miércoles le gustaba recorrer todos los lugares que no había recorrido de su mano, que eran muchos. Todo aquello era un lento pero eficaz proceso.
Y cuando levantó su rostro ocupado por una brillante sonrisa, entendí todo.

A.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Dientes de leche.

Era de noche. Caminaba despacio, por calles terriblemente frías, pero no parecía importarle. En realidad nada parecía importarle. “Fueron demasiadas noches interminables, demasiados días de sonrisas, de profundas y largas carcajadas, demasiados días de alocadas situaciones. Y solo te pedí que te quedases un rato más a mi lado, que me siguieses queriendo un poquito, que consiguieses hacerme llorar las lagrimas más dulces del mundo…” Pensar en ello le hacía sentirse frágil, vulnerable, pero evitarlo no era mucho mejor, de hecho prefería hacerse daño que sentirse cobarde. Solo un poquito más, solo eso. Un poquitito más.”
Y de repente se sintió como una niña pequeña. Como cuando se te caía un diente, y no podías parar de pasar la lengua por el espacio vacío. Pero aquel espacio no se llenaría jamás, al menos no como ella esperaba.
M

martes, 22 de febrero de 2011

Sí, pero no.

Su problema es que se empeña en convencerse de que puede vivir al límite y alimentarse sólo de carcajadas, de que puede ignorar el paso del tiempo y hacer lo que le de la gana y disfrutar. Cree que, desde que lleva botas planas, puede correr más rápido sin ir
deprisa, y que controla la palabra "descontrol". Desayuna poquito y
si tiene sueño se frota los ojos, y para adelante. Si se cae se levanta riéndose y grita enloquecida, pero feliz.
El problema es cuando llegan los domingos por la noche y se mira al espejo. Entonces se da cuenta de que todo es una mentira, y de que ella sigue igual.


A.

lunes, 21 de febrero de 2011

Por ser muy feliz ¿Qué se yo?

Porque ella ha sido capaz de llenar ese enorme vacío que me inundaba cada noche, de sacar mis mejores sonrisas y mis lágrimas más merecidas, ha hecho que resuenen nuestras carcajadas por todas las calles de esta enorme ciudad, de saciar mis ganas de vivir. Me ha hecho ver que este mundo va muy deprisa y nosotras nos quedábamos atrás, porque solo con ella soy capaz de agotar todas las jodidas energías de Madrid. Me ha hecho comprender que la lluvia no es tan mala si nos mojamos juntas, y que la oscuridad no es tan inmensa cuando estoy a su lado. Porque cuando yo no tenía fuerzas para seguir me prestaba las suyas sin ninguna condición y porque con su sonrisa es capaz de iluminar el mundo entero, al menos el mío. Por eso la necesito, por eso y por ser muy feliz ¿Qué se yo?
M




jueves, 17 de febrero de 2011

A veces, no hay segundas oportunidades. A veces, es ahora.

Ahora mismo habrá seis mil millones, cuatrocientos sesenta millones, ochocientas diecinueve mil, seiscientas cuarentea y ocho personas en el mundo aproximadamente. Habrá quienes estén llorando y quienes estén riendo. Habrá quienes estén de fiesta y quienes estén sufriendo. También habrá quienes amen y quienes odien, quienes canten y quienes callen. Habrá conocidos y desconocidos. Quienes consuman el tiempo con sus cigarrillos y quienes tachen los días del calendario con las ganas locas de que llegue una fecha concreta. Habrá quienes hayan elegido una vida y quienes hayan elegido el camino contrario. Quienes crean en el destino y quienes no lo hagan. Yo no creo en el destino, creo en que dependa de mi elección. ¡Y yo elijo vivir!




A.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sin duda

Miedo a amar.¿Qué puede haber más hermoso?¿Qué riesgo mayor vale la pena correr?Con lo bonito que es entregarse a la otra persona,confiar en ella y no pensar en nada más que en verla sonreír.
El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla,aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca".Qué tengo que ver yo con tu pasado,yo soy una variable enloquecida de tu vida.Pero no voy a convencerte de ello.El amor no es sabiduría,es locura...
- Pero ¿ Qué coño quieres?
- A ti, por un millón de razones sin ningún sentido.

M.

All my life i've been good... But now


-       Estoy un poco cansada, ella siempre me gana en todo, en sonrisas, en carcajadas, en disfrutar. Me da rabia, veo que la vida va muy deprisa y yo me quedo atras y ella agota todas las energias de Madrid… Soy demasiado egoista para alegrarme por ella, pero no puedo hacer nada.
-          -No, no eres egoista, es algo normal… pero creo que te exiges demasiado, no te limitas a vivir la vida.
-          -Ya ya, pero no soy capaz de ver las cosas como ella, siempre busco  un “ por que” a todo y ella cree que el mejor motivo para la vida es la falta de motivos. A mi se me da bien escribir y ser expontanea y sin embargo a Ann, se le da bien ser feliz.
M


domingo, 13 de febrero de 2011

La vida está loca.

Corre apresurada, lo más rápido que puede, sin apenas estar atenta de colocar correctamente un pie delante del otro. Sus rizos parecen pender del viento, que acaricia sus felices facciones, disfrutando del roce provocado por la velocidad. Y ella sigue corriendo, sin apenas parar a pensar y mucho menos a respirar.
Sólo quiere llegar.
Frena en seco. A tan sólo unos metros, él. Se acerca pícaramente pensando en darle un sustillo, cuando él se gira y la sonríe. Automáticamente ella salta a sus brazos y ríe.
-¿Sabes qué es lo mejor de todo? -dice risueña con su voz de niña- Que, a pesar de todo lo ocurrido, seguimos llendo a contracorriente.
Él rompe en un estallido de carcajadas sin soltarla, y añade:
-¿Sabes qué creo yo que es lo mejor de todo? Que estás loca.
-No, -respondió- yo no habría creío nunca que volverías a llevarme a caballito o que volvería a limpiarte los labios de chocolate. La vida está loca.

 

A.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Ésas son las pequeñas cosas que hacen grande a una persona.

En estos momentos es cuando intento creer que cada persona tiene su encanto propio. Por ejemplo: ella es preciosa y espontánea; tú eres cuidadosa y cercana a la vez y yo... estoy loca. Digo yo que algún día encontraré a alguien a quien le gusten las locuras.
A.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Sabes? Puedo ser pequeña, pero te aseguro que lucho por cosas grandes.

Pero es justo eso lo que ella me aporta, me hace ver las cosas de otra forma, me hace frenar y percatarme de todos esos pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos, como por ejemplo, que ahora mismo está sonando mi canción favorita, que tras esas dos botellas de alcohol hay una pequeña copa de plata, que hoy es martes trece y que aquella señora de allí tiene los cordones desatados. Si, eso es.

M.

You said 'move on', where do I go?

Te tengo controlado. Todos los días de la semana. Por ejemplo, me sé de memoria tu horario del domingo. Sé que, a las once y media de la noche, mientras yo esté en la cama descansando y preparando fuerzas para una nueva semana, tú estarás en un banco de la calle. Encenderás un cigarro y le darás una calada a tu realidad. La misma realidad que te hace caer en cuenta de que al día siguiente es lunes, aunque eso para tí ya sea irrelevante.
Y a las doce en punto, cuando yo esté soñando con alguien que no seas tú, encenderás otro cigarro y repetirás lo mismo que habías hecho media hora antes, de forma que te pasas las noches del domingo respirando tu propia perdición.
A.

jueves, 3 de febrero de 2011

Ella, joven, soñadora.

Y desde ese día en adelante, ella se levantaba cada mañana y suspirando se recogía su larga melena, buscaba su foto y la miraba soñadora. Sonreía y acariciaba la suave superficie del papel, en el que se encontraban impresas aquellas facciones que ella tanto amaba. Se la acercaba a la cara y lentamente le besaba, con cariño, como si fuera su piel. Luego dejaba la foto y se reía dulcemente, como una niñita pequeña cuando le dan una muñeca, feliz de tener lo que tanto quería.

A.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Simplemente quería invitarte a dar una paseo por estas lines, para recordar


Andaba despacio, por calles semivacías. Solo andaba y se sentía cómoda. Así, andando por que sí, sin haber fijado un plan, sin haber pactado una hora de encuentro. Y siguió caminando hasta que el calor sofocante se tornó en una brisa suave. Anochecía, pero no le importaba ¿Qué prisa tenía ella? Aquello podría haberle resultado absurdo, pero ese día no. Ese día, para ella tenía un significado concreto. De alguna forma le aliviaba aquel dolor insaciable. Y así relajada, despacio, sin pensar, sin preocuparse, notó que poco a poco aquellas lágrimas que habían inundado sus ojos anteriormente se difuminaban sin gran esfuerzo.
Se dejó llevar y oleadas de recuerdos invadían su frágil mente. Así, uno tras otro y al terminar con aquel “desahogo”, con tanto absurdo, al terminar con aquella nostalgia, con aquellos recuerdos, las lágrimas cobraron sentido de nuevo, volviendo a recorrer sus mejillas, libres. Pero esta vez no venían solas, una sonrisa sincera acompañaba esas pequeñas lágrimas.
“Hoy, justo hoy, te necesitaba”. Pensó.
Y siguió caminando.
M

Havealil'patience.

Vamos tachando los días en el calendario, única y exclusivamente porque nos espera una fecha un poquito más adelante que nos quita el sueño. En mi caso, esa fecha es el día en que te vuelva a ver.
Pero no podemos tachar días. No debemos tachar días. Porque la felicidad está en cada detalle de la vida, en cada paso, en cada mirada, en cada respiración... y si tú puedes respirar sin que yo esté a tu lado, creo que yo también me lo debería tomar con un poquito más de calma.

A.

Porque las cosas grandes nacen de algo pequeño e insignificante.

Había quienes creían en el destino y pensaban que todo lo que ocurría ya estaba escrito desde hacía tiempo, como si hubiese una especie de guión, por lo que la historia tenía que acabar bien. Pero para otras los finales bonitos, eran monótonos y aburridos, por lo que preferían pensar en finales inciertos y misteriosos.

Mientras que yo sin embargo, no quería finales de ningún tipo.

M.

martes, 1 de febrero de 2011

Cold nostalgia chills me to the bone.

-Te juro que, en aquel momento en que te ví, me parecistes lo más bonito que había presenciado en mi vida. Oí tu risa y sonreí con ella, sin dejar de prestar atención a cada uno de tus movimientos. Pero nunca pensé que pudiera hacerte tanto daño.
+Te miré, me parecías increíble. Entonces nuestros ojos se encontraron, me dí cuenta de que me mirabas. Y en aquel momento supe que me harías mucho, mucho daño.
A.

Grande, fuerte, impenetrable... Imperio.

-Estoy cansada de intentar huir siempre…y el problema es que no se trata del sitio en el que me encuentre, ni tampoco de la gente que me rodea. No, no es nada de eso. ¿Sabes? El problema soy yo y la verdad, es absurdo que intente huir de mi misma.
-¿Y porque huir? Tan fácil como perderse, al menos por un tiempo…
-Ya claro, ¿En qué jodido lugar pretendes perderte?
-No sé, estaba pensando en algún lugar sin límites. Un lugar en el que no importe perder el sentido de la vida. Estaba pensando en… el mar?
-El mar?
-Bueno, hoy me parece un lugar perfecto en el que perderse, no crees?

M

P.S.: I LOVE YOU

- Permíteme que te haga una pregunta. ¿Qué es lo que realmente queréis las mujeres? Porqué no lo entiendo. Queréis que os invitemos, que no os invitemos, que nos insinuemos, que no lo hagamos, que nos pongamos debajo, que nos pongamos encima, que usemos cosméticos, que no los usemos. Enserio ¿Qué es lo que queréis de nosotros?
- Está bien, te lo diré, pero prométeme que no dirás que te lo he dicho yo, porque es máximo secreto, ¿vale?
- Prometido.
- Vale ¿Preparado?
- Sí.
- No tenemos ni idea de lo que queremos.
- Lo sabía, lo sabía... ¡cabronas!

M

Desbordaban Locura.

- Dime que no sería bonito- Su sonrisa hacía daño. Parecía tan feliz que le daba miedo hacer o decir algo indebido.
- Si, claro que lo sería. Pero es imposible.
- ¿Por qué? ¿Que te retiene aquí?
Se lo pensó durante unos largos segundos. No le parecía una respuesta adecuada,era insípida, absurda y demasiado formal, pero no tenía nada mejor.
-Pues.. mi trabajo, mi vida- Ella resopló exageradamente y puso los ojos en blanco.
- Oh vamos, eres un verdadero esclavo del sistema. Relájate un poco y disfruta. Así te pierdes las mejores cosas de la vida.
- ¿Que cosas son esas?
Se mordió el labio inferior con fuerza. Cuando comenzó a notar un dolor punzante en el labio respiró hondo y contesto con voz dulce.
- Yo.
Él la miró extrañado, entornando un poco los ojos. Negó con la cabeza.
- No has entendido la pregunta.
- Perfectamente. Eres tú el que no entiende la vida.

M

sábado, 29 de enero de 2011

Insouciance.

A pesar del frío, no veía inconveniencia alguna en salir a dar un paseo. Sacó un cigarro de su caja de Camel, y lo encendió sin prisa. De repente, sin una razón lógica, se acordó de ella. ¿Qué habría sido de su joven vida en aquellos meses? Quizás le fuera bien. O quizás no. La cuestión era que él ya no tenía nada que ver en ella, y eso ni le alegraba ni le entristecía, simplemente no había sentimiento para describir los restos de aquel error.

-Feliz aniversario, mi amor. -Dijo una voz femenina mientras le abrazaba con ilusión.
Sonriente, besó a la chica. A continuación, dio la última calada antes de llegar a las letras, tiró el cigarro al suelo y lo pisó con despreocupación. Sí, quizás esa era la palabra. Despreocupación.
A.

viernes, 28 de enero de 2011

Olvidar es recordar, sin que haga daño.

La vió sentada a lo lejos, sola, completamente sola. Se sujetaba la cabeza con ambas manos... parecía nostalgica, supongo. Me acerqué despacio, y recordé cuantas veces me había pasado yo en ese mismo estado los largos recreos. Me senté a su lado sin hacer ruido y la abracé con fuerza.
Pasado un rato, me atreví a hablar.
-¿Qué, recordando?
Levantó la cabeza del suelo y me miró con seriedad, noté como sus ojos iban humedeciendo.Temía decir una sola palabra y que de impotencia, comenzasen a rodar las lágrimas por sus rosadas mejillas. Pero sacó fuerzas de donde pudo y susurro despacio.
- No... intentando olvidar.

M

"L" from "Laughter"

Alquien me explicó que, con cada paso que damos, dibujamos nuestra realidad. El objetivo no es llegar a ningún lado, ni mucho menos, eso aún está lejos. La gran meta es que, cada vez que caigamos, podamos levantarnos como fuegos artificiales, en un estallido de carcajadas. Y eso, eso se puede llamar victoria.
 A.