lunes, 16 de mayo de 2011

Frágil, fuerte.

 Qué complicado es aceptar lo que no queremos sentir, eso que nos hace caer y volver a retroceder y en  cada paso intentamos no reandar en el pasado.
La verdad es que suena realmente mal: "pasado". Un mundo en cada letra. Y un día pensamos que será más fácil, que cada día nos iremos haciendo fuertes. Hasta que nos sorprendemos buscándonos en cada esquina, creemos vernos en una simple sonrisa, en un gesto, en una palabra, en un susurro o tal vez en un grito. Nada que hacer, nada va como nos lo esperábamos. Nadie nos explicó lo complicado que era todo esto o tal vez, solo tal vez, creyeron de verdad que de los errores se aprende. Entonces sentimos ese miedo y comenzamos a correr, aun sabiendo que correr no nos servirá de nada, seguimos alejándonos, pero ¿de qué? ¿O de quien? Nos cansamos de buscar ese calor entre la gente, porque resulta triste. Y más triste resulta  no encontrarlo. No encontrarte.
Y ocurre, sin ningún motivo nos emocionamos de nuevo, reímos, bromeamos, corremos sin querer alejarnos, saboreamos cada instante, respirando todo hasta el fondo, aprovechando el tiempo que queremos vivir, sin prisa... Sonríes, porque sabes que merece la pena, porque por fin sin buscarte te has encontrado.


M

No hay comentarios:

Publicar un comentario