Sólo quiere llegar.
Frena en seco. A tan sólo unos metros, él. Se acerca pícaramente pensando en darle un sustillo, cuando él se gira y la sonríe. Automáticamente ella salta a sus brazos y ríe.
-¿Sabes qué es lo mejor de todo? -dice risueña con su voz de niña- Que, a pesar de todo lo ocurrido, seguimos llendo a contracorriente.
Él rompe en un estallido de carcajadas sin soltarla, y añade:
-¿Sabes qué creo yo que es lo mejor de todo? Que estás loca.
-No, -respondió- yo no habría creío nunca que volverías a llevarme a caballito o que volvería a limpiarte los labios de chocolate. La vida está loca.
A.
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