jueves, 3 de marzo de 2011

Supongo que ahora debo decirte lo que he aprendido de todo esto:

-       La verdad es que tengo miedo, porque ya nada me ilusiona como antes. Porque me gustaba como me hacía sentir y la verdad es que echo de menos todo aquello. Yo que sé, me gustaba compensar tres días de lágrimas por un agotador y dulce día de sonrisas. Adoraba sus sonrisas torcidas  y esa mueca tan graciosa que solía poner cuando se enfadaba, sus incontrolables celos patológicos y el hecho de que no fuese capaz de decirme algo bonito. Me gustaba todo aquello, por muy absurdo que suene, aunque él no me quisiese me gustaba quererle.

-        Ahora mi verdad, eres un poco masoquista ¿no? Me cuesta creer que puedas querer a alguien que te ha hecho tantísimo daño. Y noto que te duele, aun que pintes falsas sonrisas en tu cara. ¿Cómo puedes echarle de menos?

-         ¿¡Echarle de menos!? Te has vuelto loca. No le echo de menos, ni un poquitín, nada en absoluto. Echo de menos lo que éramos, lo que me hacía ser, ese poder que tenía de hacer de una situación anormalmente normal, algo grande y bonito, a su manera. No, claro que a él no... A mí.



 M

No hay comentarios:

Publicar un comentario