viernes, 25 de febrero de 2011

Even brighter than the moon.

La cosa es simple y sencilla, son cosas de la vida. No había cambiado nada, pero ahora lloraba, de alegría. Había aprendido a caminar entre todos sus recuerdos sin hacerse daño, como si se tratara de hacer equilibrios, pero lo había conseguido.
Antes parecía que le dolía mover los músculos que se encontraban cerca de sus labios, y que vivía atormentada por el pasado. Cada vez que encendía un cigarrillo parecía que encendía un recuerdo que la corroía por dentro. Los miércoles no se maquillaba tanto, y volvía rápido a casa. Pero no era así. Simplemente estaba curando cualquier cicatriz, por más pequeña que fuera, y borraba el pasado con paciencia, sustituyéndolo poco a poco por un mejorado presente. Cada vez que expulsaba el humo del cigarrilllo por sus labios, liberaba palabras que nunca había dicho, ni diría. Y los miércoles le gustaba recorrer todos los lugares que no había recorrido de su mano, que eran muchos. Todo aquello era un lento pero eficaz proceso.
Y cuando levantó su rostro ocupado por una brillante sonrisa, entendí todo.

A.

2 comentarios: