viernes, 28 de enero de 2011

Olvidar es recordar, sin que haga daño.

La vió sentada a lo lejos, sola, completamente sola. Se sujetaba la cabeza con ambas manos... parecía nostalgica, supongo. Me acerqué despacio, y recordé cuantas veces me había pasado yo en ese mismo estado los largos recreos. Me senté a su lado sin hacer ruido y la abracé con fuerza.
Pasado un rato, me atreví a hablar.
-¿Qué, recordando?
Levantó la cabeza del suelo y me miró con seriedad, noté como sus ojos iban humedeciendo.Temía decir una sola palabra y que de impotencia, comenzasen a rodar las lágrimas por sus rosadas mejillas. Pero sacó fuerzas de donde pudo y susurro despacio.
- No... intentando olvidar.

M

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